Basta seguir las señales que le muestra su cuerpo, instrucciones exactas y placenteras, para llegar al éxito sin posibilidad de error. De manera instintiva, su cuerpo ha adquirido tal sabiduría que poco importa que él sea un desconocido. ¿Es un saber secreto, sagrado e inaccesible, el que los une? Si es así, es un vínculo religioso, similar al que ata entre sí a los miembros de una secta, excluyendo al resto: los profanos, los primerizos, los ignorantes.