Alegría

Pensaba que era su forma de acompañarlo, de decirle: no estás solo en ese mundo tenebroso que te tocó.

pero había que hacer planes. Los planes salvaban. Organizaban los días en estantes imaginarios, todos en fila como adornos pequeñitos.

Pobrecita, no sabes que la amabilidad es una forma de machismo». La hacía sentir insignificante.

mentira te acompañaba siempre.

«Los terneros enfermos son también los más cariñosos».

Jairo odiaba a su mujer. La odiaba desde que se había embarazado de Joao, porque estaba seguro de que el niño no era suyo sino de un tipo que Sandra conoció en un trabajo que tuvo en un barco proveniente de Brasil.

vio a Lis como a una mascota perdida que se rescata de la calle.

Cuando salía con ellas, se medía. Quería ser buena, agradable, flaca. Y un poco sabia y un poco frívola. Era demasiado

Las amigas de su colegio requerían un esfuerzo que ya no tenía ganas de hacer.

Las negras que freían vendían, también, bolsitas de polvo blanco. Y vendían, también, a sus hijas y a sus nietas.