Filias, fobias, psicoanálisis, machismos y feminismos, fantasías y tragedias confluyen con humor y facilidad bajo la pluma del autor. Humor, no amor: o sólo sexo, y si hay amor alguno es siempre bajo la definición de los amores de tipo extraño, trastornados por la impotencia o la sobreabundancia, la abstinencia o los excesos de la carne, pulcramente diseccionados con una narrativa puntual, descriptiva y penetrante que saca el mayor provecho de cada anécdota.
Pero no todo es sexual en esta colección de cuentos que Medina nos propone en Arma vacía: también viaja a los barrios bajos de antaño y teoriza sobre la literatura misma, siempre con un punto de vista acorde al conjunto de textos. Porque a veces la literatura es la mejor escapatoria para todo aquel “cansado tenso harto del trabajo”. De esta manera, la lectura se convierte en una terapia sin igual para quien sufre, aunque las pesadumbres sean las mismas que se narran.