El tratado Sobre la abstinencia es, junto con “Sobre el consumo de carne” de Plutarco, el más sólido texto filosófico de la Antigüedad grecolatina contra el consumo de carne animal y en defensa del vegetarianismo por motivos éticos.
Porfirio (Tiro, 233-h. 305 d.C.) es conocido sobre todo en su calidad de discípulo de Plotino, responsable de la edición y publicación de sus obras completas (que ocupan tres volúmenes de esta colección) y autor de una completa biografía de su maestro (Vida de Plotino, también en B.C.G.). Sin embargo, Porfirio tiene además un interés propio como autor. Aceptó la doctrina neoplatónica a raíz de su encuentro con Plotino en Roma, en 262, pero ya poseía una sólida formación filosófica, que había adquirido en Atenas. De él nos han llegado veintiún escritos, bastantes menos de los que se le atribuyeron en la Antigüedad, pero suficientes para darnos una idea de la enorme cultura de este pensador que comentó a los grandes filósofos, fue un buen filólogo y supo de matemáticas y astronomía, religión y teología, gramática, retórica y crítica literaria, historia y filosofía. A esta erudición enciclopédica unía Porfirio una religiosidad ilustrada propia de su tiempo, y como una de las últimas grandes figuras del helenismo pagano, con influencias orientales, combatió el auge del cristianismo.
El tratado Sobre la abstinencia es, junto con Sobre el consumo de carne de Plutarco, el más sólido texto filosófico de la Antigüedad grecolatina contra el consumo de carne animal y en defensa del vegetarianismo por motivos éticos. Porfirio sostiene que comer carne constituye un grave delito pues requiere dar muerte a seres inocentes dotados de vida, sensación, memoria e inteligencia como nosotros, y que están emparentados con nosotros. Los humanos han justificado el matar animales afirmando que pertenecen a especies inferiores carentes de racionalidad; Porfirio responde que el grado de racionalidad que se posea o el uso de diferentes formas de lenguaje no son características moralmente relevantes que justifiquen poder matar a los animales para comerlos. Aparte de su brillantez argumentativa y su sorprendente modernidad, este tratado posee gran interés por los pasajes y mitos que recoge, testimonios singulares sobre el orfismo y el pitagorismo y sobre algunos filósofos antiguos, todos ellos encaminados a ilustrar y reforzar la tesis dietética, ética y filosófica que se expresa en el título.