En nuestra cultura (al menos por cuanto debe a los griegos, que no es poco) ver siempre fue sinónimo de conocer. "¿Ves?" preguntamos a nuestro interlocutor cuando queremos asegurarnos de que ha comprendido, de que se ha enterado. La etimología de la lengua griega nos enseña que idea, eidos, el objeto del conocimiento, e imagen, eidolon, el objeto de nuestra visión, tienen la misma raíz: ver, idein. La misma palabra idea, el eidos, antes de convertirse en el ente invisible por excelencia de la metafísica (es decir, de una región que está más allá de la física y de su visibilidad) y antes de transformarse en el concepto abstracto de la lógica, era, más concretamente, el modo de aparecer.
En la Estética de la pintura Pinotti distingue tres partes fundamentales, mímesis, idea, motivo, etc. Se ocupa después del análisis filosófico de la pintura a partir de algunas reflexiones filosóficas ya clásicas, las de Simmel, Heidegger, Merleau-Ponty y Faucault. Por último, aborda algunos de los problemas pictóricos que mayor debate han suscitado: la pintura del icono, de la sombra, su relación con la literatura, el papel del marco, la comparación con la escultura.