Edgar esta corriendo y no sabe si esta llendo a algún lugar o esta huyendo, mientras corre nosotros estamos dentro de su cabeza y tenemos acceso a todos sus pensamientos.
Puede parecer que el libro no tiene sentido, pero para mi tiene todo el sentido, los pensamientos son así, llegan unos relacionados con otros y fluyen y a veces ya no nos acordamos de lo que pensabamos hace 5 minutos y otras veces si.
"Yo pienso que es mucho mejor vivir con mimos que sin mimos" eso pienso de la vida, como dice Edgar el dolor echa a perder a la gente y yo no quiero que me pase eso.
He notado que Ana Pessoa escribe desde la forma del pensamiento (al menos lo que he leído), siempre que leo sus libros siento que fue algo que sacó de mi cabeza y no se si eso habla de que aun me siento como una adolescente aunque ya tengo 23 años.
Definitivamente un libro así a los 13 me hubiera volado la cabeza y me hubiera ayudado mucho. Pero como hace mucho dejé los 13 atrás, solo puedo decir que esta es una historia muy entrañable sobre las implicaciones de crecer y la sensación de que el paso del tiempo nos persigue. Es una perfecta descripción de lo hiperbólicas que son las emociones en la adolescencia
Rigel lleva al lector a zambullirse en los pensamientos que tiene en el día más feliz y más triste de su vida, más feliz porque Joana lo besó y más triste porque su abuelo murió.
Y eso es la vida, ambivalencia, todo sucediendo q la vez, lo triste y lo feliz, y me recuerda también que somos una máquina de pensamientos poéticos y triviales, que somos un compendio de momentos de risas y de llanto.
Es el segundo libro que leo de Ana Pessoa y me ha dejado con ganas de más de ella. Lo leí en digital, pero me encantaría tenerlo físico y disfrutar en vivo de las ilustraciones de Bernardo Carvalho.