Eran como la noche y el día
El reloj biológico de Joyce Riggs era como una bomba a punto de estallar y su desesperación por evitarlo la condujo directamente a los brazos de Kyle Prescott. El mestizo apache lo sabía todo acerca de exorcizar demonios y accedió, no sin cierta reluctancia, a ayudar a Joyce a liberar la mente de su secreto conflicto, aun a sabiendas de que el tiempo que pasaran juntos podría llevarlos a lo inevitable.
Llegados a ese punto los dos se plantearon una relación sin compromisos, pero ¿qué pasaría si Joyce le confesara su necesidad de tener un hijo y su esperanza de que él le concediera ese deseo?