Mikel Lejarza, El Lobo, vuelve como protagonista de una novela basada en hechos y personajes reales en un tiempo convulso del inicio de la democracia española.
¿Estados Unidos y la CIA impulsaron a Juan Carlos para conseguir el trono?
¿Hubo intereses ocultos para permitir que España cediera el Sahara a Marruecos?
¿Tuvo algo que ver en la «Operación Compás» montada para evitar que la nieta de Franco y su marido Alfonso de Borbón le usurparan la sucesión?
España, año 1980. El pueblo vive intensamente un cambio político plagado de conflictos, que no le permite ver en toda su dimensión cómo los servicios secretos de Estados Unidos y sus aliados -entre los que se encuentra España— combaten encarnizadamente contra sus enemigos de la URSS y el Pacto de Varsovia. Las calles son el escenario de la Guerra Fría, en la que el espionaje español, controlado por militares, actúa demasiado pendiente de los intereses de la CIA, un servicio del que dependen hasta niveles insospechados.
ETA ha decidido no asesinar durante las primeras elecciones al Parlamento vasco. Mikel Lejarza, El Lobo, tiene que cumplir una extraña misión para la CIA que le molesta y no entiende: descubrir la doble vida de una alemana sospechosa de traición, a la que todos consideran culpable. Pronto comprenderá que en el mundo de las alcantarillas y el espionaje entre servicios secretos nada ni nadie es lo que parece.
Paralelamente, se produce un robo en la División de Contrainteligencia en la que los asaltantes fotografían una carpeta del Rey don Juan Carlos, elaborada durante el franquismo, que contiene documentos que probarían apoyos y decisiones inconfesables para alcanzar el trono. Los espías deberán descubrir la mano oculta que mueve los hilos en contra del jefe del Estado, sacar a la luz intereses espurios y proteger al régimen para evitar su derrumbe.
Como dice El Lobo, el personaje creado por Fernando Rueda basándose en el mítico infiltrado en la banda terrorista ETA, “hasta en los hechos comprobados, hay zonas oscuras en los que si te acercas encuentras preguntas sin respuestas”.