Pasa en todas las familias: algunos días son especialmente complicados y la vida en casa se altera. Afortunadamente mamá sabe que la situación es pasajera y que el amor familiar supera fácilmente estos pequeños obstáculos. Haciendo gala de un humor sutil y con una casa-hormiguero como escenario, una hormiga reina debe lidiar con sus hijos para que cumplan tareas cotidianas como bañarse, comer o cepillarse los dientes.
El problema es que hoy es un día de “esos” en los que mamá no está del mejor humor. Volvió cansada de la calle, aún tiene un montón de cosas que hacer en casa y Teo y Luli no están poniendo de su parte. Poco a poco, la tensión hace que mamá se ponga muy, muy furiosa, tanto que hasta ella misma se asusta: le están saliendo unos pelos extraños en donde no se supone que estén, le crecen las uñas de los pies hasta romper las pantuflas y dos extraños bultos que aparecieron en su cabeza están amenazando con convertirse en cuernos.
Un libro que rompe con el tradicional rol de la madre perfecta y sacrificada, para mostrarnos una que se parece más a nosotros, a nuestras madres y abuelas. Las ilustraciones fantásticas de la artista argentina María Lavezzi acompañan y agregan contenido a esta historia de todos los días, a la que no le falta un final feliz.