Un niño siempre conlleva una parte de extrañeza para los adultos que lo reciben y lo crían e implica exponencialmente la pregunta por los orígenes y su narración. La filiación puede definirse como una vivienda de pertenencia recíproca, vivencia que, una vez instalada, necesita ser replanteada a lo largo de la existencia en el seno de un proceso progresivo de adopción mutua entre adultos y niños, incluso en el marco de la filiación biológica.
Este interrogante sobre los orígenes nos lleva a interpelarnos sobre la importancia de la cultura y su transmisión.
Marie Rose Moro y Bernard Golse nos invitan a comprender los procesos que atraviesan los hijos de migrantes, los hijos de parejas mixtas, los hijos adoptados en otro país y, de manera general, a todos los bebés, niños y adolescentes de diversas lenguas o mundos y a todos ellos que viven en un mundo globalizado con varias influencias sociales y culturales. También entender mejor cómo devenir padre y madre de estos niños.
Tales son los objetivos de la clínica transcultural que se desarrolla en este libro donde se analizan cómo las diferentes edades (bebés, niños en edad escolar y adolescentes) plantean cuestiones específicas. Se proponen elementos teóricos, preventivos, educativos, clínicos y pragmáticos para hacer de la diversidad una oportunidad y no un obstáculo. Y de la vulnerabilidad transcultural de estos niños y sus familias, un verdadero mestizaje creativo y moderno tanto en la escuela como en la sociedad y en la vida.