En las últimas décadas se han producido cambios sustanciales en América Latina, cambios que afectan a las relaciones continentales y, a su vez, han llevado a una nueva reformulación de la gobernanza interna de las naciones. El cambio de etapa histórica ha supuesto también un cambio de ciclo desde parámetros económicos y políticos, probablemente porque hay una serie de hechos que han jugado a favor de estos cambios: el desplazamiento de los centros de poder, el derrumbe de la URSS y un cierto declive del imperialismo tradicional. Este periodo de tiempo es uno de los más significativos en cuanto a la definición de una nueva identidad, de una cultura y de una autonomía institucionalizada en términos de independencia política y económica ante las influencias exógenas y neoimperiales.
De hecho, el subcontinente ha avanzado mucho en democracia, en inclusión social, en creación de ámbitos de diálogo continental. Sin embargo, aún quedan problemas sin resolver tales como la falta de cohesión económica y social en diversas áreas territoriales, la violencia, la inseguridad, la pervivencia en algunos sectores sociales de la criminalidad organizada, la corrupción o el deterioro medioambiental.
Con este volumen se pretende participar del debate y del análisis de estas cuestiones con miras a la generación de conocimiento sobre los procesos de regeneración democrática en América Latina, y también sobre cómo esta construye una concepción de unidad continental y de ciudadanía latinoamericana