Publicar es mucho más que hacer público algo. No basta con poner al alcance de los consumidores eso que llamamos “contenido”: para que de verdad se publique, el contenido debe primero pasar una serie de filtros, luego ponerse dentro de un marco de referencia, conforme a un modelo, y finalmente debe amplificarse. Ese complejo mecanismo constituye lo que Michael Bhaskar denomina «la máquina de contenido”. Aquí conviven los estudios clásicos de la historia del libro y la más ortodoxa teoría de la comunicación, el análisis de los nuevos modos de editar y de las fuerzas económicas y sociales que están transformando la lectura. Bhaskar propone una teoría de amplia aplicación que busca sugerir formas concretas para enfrentar el porvenir, y nutrir de argumentos y ejemplos históricos las reflexiones sobre el quehacer editorial.