Se refiere al gran valor que ha tenido la letra impresa en el desarrollo histórico de México y en la creación de nuestra identidad «que no sólo da origen, raza e historia compartida, sino fundamentalmente un pensamiento común, una ideología que nos identifica en medio de recias diferencias», según las propias ideas del autor.
Los cambios sustanciales que el desarrollo tecnológico impone, las formas económicas que en ocasiones traban y destruyen iniciativas particulares, imponiendo complicados sistemas de distribución y mercantilización de los libros, han modificado su desarrollo, elaboración, edición y circulación.