Auto-análisis. Sin miedo a crecer

Según estudios biológicos recientes, recordamos mejor los eventos traumáticos que los positivos –responde Jensen, tomando otro trozo de chocolate–. Una mujer, por ejemplo, se acuerda perfectamente que su madre la quiso abortar, pero olvida que al final, la tuvo y la crió con amor. Entonces, sigue su vida como si hubiese muerto. Así es la suerte de muchos padres: sus hijos sólo se quedan con la parte mala.

La necesidad de ser el hallado y no el perdido

no es el tiempo el que pasa, sino que somos nosotros los que pasamos.

Ora et labora, mientras entendemos y nos entendemos con el mundo, con los pies firmes en la tierra y la fe en que más adelante espera la felicidad

la ansiedad que despierta lo desconocido

mente los hechos que el cuerpo ya conoce emocionalmente. Principalmente debe reconocer la relación enfermiza que tiene con los padres interiorizados en la infancia; esa relación que llama amor grande, pero que es amor pequeño y que es una mezcla de obediencia ciega y miedos al castigo, de gratitud y compasión malentendida, de esperanzas y ambiciones desmedidas

En principio un adulto se hace más adulto cuando deja de negar su historia y puede reconocer racional

Tal vez la vida da a elegir entre un camino mundano, de fama, riqueza y poder o uno espiritual y creativo. Aun cuando elijamos el primero, todo terminará en el mundo espiritual, en la posibilidad de saborear nuestras experiencias y de exprimirle su sentido.

lo adultos nos corresponde madurar: soltar los ideales y aprender a disfrutar lo existente.

parte de la vida. Casi escucho a Oscar Wilde decir: “El corazón está hecho para ser roto”.