Elena: Antes que Freud, Dostoievsky (1821-1881) ya había descubierto, quizá en su larga estadía en los desolados campos de concentración de Siberia, la siguiente formula de felicidad: “Humíllate, hombre orgulloso y antes que nada quiebra tu orgullo. Humíllate hombre ocioso y trabaja en el suelo natal (…) No se haya fuera de ti la verdad, sino en ti mismo: encuéntrate a ti mismo, domínate, hazte dueño de ti mismo, y se te revelará la verdad (…), comenzarás una obra grande, harás libres a otros, y se te revelará la felicidad”.