En Toledo vive el hidalgo Ibán de Vargas y Acuña, que un día sorprende a Diego Martínez en el aposento de su hija, la bella Inés. Diego parte a la guerra de Flandes en el plazo de un mes, pero jura llevar a la doncella a los altares a la vuelta, dentro de un año. Pasaron tres años hasta que volvió, convertido en el capitán Don Diego y no reconoce el juramento, por lo que Inés clama justicia al gobernador, el justiciero y valiente don Pedro Ruiz de Alarcón, pero sólo tiene un testigo…