Somos un todo orgánico y holístico, no meras máquinas de producir dinero. Por eso, para ser “ricos” precisamos no solo tener una cuenta bancaria próspera, sino aprender a disfrutar lo que tenemos desde el amor y la armonía con las demás áreas de nuestra vida. Solemos creer que la riqueza material es disponer de bienes materiales o poseer habilidad en el manejo financiero, cuando en realidad, la abundancia es producto de creencias y conductas que nos permiten alcanzar y permanecer en un estado integral de prosperidad. Todos podemos acceder a este. No existen elegidos ni aplazados. Este libro ofrece 50 consejos prácticos que te llevarán a establecer una relación amistosa y agradecida con tu dinero a fin de que puedas experimentar unas finanzas prósperas en equilibrio con tu bienestar a nivel espiritual y emocional.