El planeta de los hongos

así como modifican la tierra, también pueden transformar nuestras percepciones al crear nuevas conexiones neuronales, las cuales nos permiten nuevas formas de pensar y ser.

silencio se rompió el 4 de mayo de 1915 cuando el prestigiado botanista estadounidense William E. Safford (1859-1926) declaró ante la Sociedad Botánica de Washington que tras buscar los famosos «hongos embriagantes» de los que hablaban los códices no había dado con ellos, por lo que seguramente no existían y simplemente los indígenas los habían confundido con cabezas de peyote

eter Lamborn Wilson (1945-2020), quien firmaba a veces como Hakim Bey, escribió que tanto la enteogénesis (el nacimiento de lo divino en el interior) como la cibertecnología trataban acerca de información y por tanto de epistemología. Ambas formaban sistemas gnósticos «implicados en el objetivo de conocer lo que emerge del golfo que parece separar a la mente/ alma/espíritu del cuerpo»

El poeta, anarquista y creador del concepto de las Zonas Autónomas Temporales,

«Toda la noción de la cibernética, la idea de que la realidad material puede traducirse en fragmentos de información, también puede deber algo a la experiencia del LSD, con su poder para colapsar la materia en espíritu»

a, «The Well», un chatroom que tuvo una importancia desmesurada en los inicios de la cultura cibernética

obsesionado con la fantasía de que las computadoras eran la principal herramienta para la liberación humana.

Por qué no hemos visto aún una foto de la Tierra completa?».

Tenías que ser capaz de visualizar una asombrosa complejidad en tres dimensiones, mantenerlo todo en tu cabeza. Descubrieron que el LSD podía ayudar

1966, y dos años más tarde el LSD fue declarado una droga ilegal, aunque siguió siendo usada entre los ingenieros, académicos y personal de la Universidad Stanford.