Andrés, solitario y cincuentón, es el desconcertado testigo de los últimos días de una abuela nonagenaria que se debate entre la niebla y los relámpagos de la demencia. Esperpéntica a la vez que realista, la primera novela del más célebre narrador chileno de este fin de siglo prefigura los temas que marcarán su obra: decadencia, identidad, transgresión y locura…En esta obra, el lector despierta a una realidad esperpéntica, donde los personajes desnudan sus recuerdos y la historia de algunas rancias familias santiaguinas, encerradas en caserones que nutren sus obsesiones más oscuras.