La más densa tiniebla

Ese algo que los griegos ilustraban como un flechazo de cupido cuando en realidad no es más que el nacimiento de una esperanza de simpatía en el interior de alguien.

El terror no la visitó porque, para que haya terror, debe haber entendimiento. Y Karen había perdido toda la noción de su propia persona. Si alguien le hubiera susurrado su nombre en ese momento, habría creído que se referían a otra persona.

que así es el miedo y así el poder que una sola frase, aunque sea mentira (o ficción) puede producir en un escucha (o un lector).

El terror no la visitó porque, para que haya terror, debe haber entendimiento.

El terror no la visitó porque, para que haya terror, debe haber entendimiento.

Eres afortunada porque solo tienes dos opciones. Si tuvieras más opciones la decisión sería muy difícil. Pero no. Solo tienes dos. ¡Qué suerte!

había comprendido que así es el miedo y así el poder que una sola frase, aunque sea mentira (o ficción) puede producir en un escucha (o un lector).

Como fuera, se conformaba con saber que entre ellos, él y la princesa, nacía ahora una ligera, ligerísima esperanza. La de la simpatía, la complicidad, la lealtad. La de jamás hacerse daño, pasase lo que pasase.
Y eso, en tiempos aciagos como estos, ya es decir bastante.

Pero sí la esperanza de complicidad, de simpatía, de lealtad. De poder reflejarse en los ojos de otro sabiendo que nunca levantará la mano para hacernos daño.

Y algo se movió en el corazón de la princesa cuando lo vio. Ese algo que los griegos ilustraban como un flechazo de cupido cuando en realidad no es más que el nacimiento de una esperanza de simpatía en el interior de alguien.