«¿Por qué pusieron la bomba en el camino de ida hacia las clases de ballet y no en el de vuelta, cuando ya no estarían las niñas?» Esta pregunta se hace obsesiva en la vida de Josu Urquiola.
La sinrazón del terrorismo que acabó con la vida de sus dos hermanas provoca una carrera desenfrenada hacia lo oscuro, hacia su propio yo; hacia su fría venganza, en compañía de una rata que le muerde las entrañas.
Él ha vivido una vida que no es suya. Sus propios recuerdos, experiencias y éxitos se vuelven casi ajenos, y decide dar sentido a su existencia a través de los otros «claveles blancos», otras víctimas menores de edad que perdieron una batalla de la que ellos no eran ni tan siquiera testigos.
La respuesta a su pregunta está en sus propios recuerdos, en la carta que su padre le envía en cada aniversario del atentado.