Estábamos a punto de salir cuando advertí que la Odalisque à la culotte rouge fue acabada de pintar en 1921, y sentí lo que los sufíes llaman lawāmi‘, un destello esclarecedor. Esa fecha es un hito en la historia del Islam, y en el instituto me enseñaron muchas cosas al respecto. Fue la fecha de la liberación de las mujeres en Turquía, que formó parte de la lucha nacionalista. En los años veinte, mientras Matisse se dedicaba a representar mujeres turcas como esclavas de harén, Mustafa Kemal Atatürk promulgaba leyes muy avanzadas sobre materias feministas, que garantizaban a las mujeres el derecho a la educación, a votar y a poder ser elegidas. Como consecuencia de aquellas leyes, que habrían de transformar el mundo islámico, abriendo las puertas de la política moderna a las mujeres, nada menos que diecisiete de ellas resultaron elegidas para el Parlamento turco de 1935. Aquél fue el primer parlamento elegido democráticamente en la historia de Turquía, gobernada hasta entonces por los otomanos, una de las dinastías más poderosas de déspotas que la historia musulmana haya conocido jamás […].