Este libro es un regalo compartido. Por una parte es una fiesta para los silviófilos y trovadictos que han acompañado sus canciones, en algunos casos durante décadas, disfrutando, reflexionando, sufriendo, aprendiendo, amando o maldiciendo. Y por otro lado este libro es también parte de una fiesta íntima, en minúsculas pero internamente enorme, con la que se celebró el cumpleaños sesenta del trovador.