Tras la muerte de Dios y el desmembramiento de las utopías, nuestra época parece arrojada a la incertidumbre. Muchos de los esfuerzos intelectuales están destinados en la actualidad a encontrar un marco común sobre el que fundamentar los actos y los discursos. Y la historia nos demuestra que no estamos solos en esta tarea. Tzvetan Todorov analiza en este ensayo la vertiente humanista de la Ilustración, un período de agitación y de debate en el que destacan pensadores de la talla de Rousseau, Montaigne, Kant, Voltaire o Diderot; un momento clave dentro de la historia del pensamiento en Occidente donde se trató de dar forma -desde planteamientos desvinculados tanto de los dogmas religiosos como de pensamientos heredados y tradicionales— a cuestiones como la autonomía del hombre, el fin último de nuestra especie, la felicidad o la posibilidad de llegar a establecer postulados universales. Un proyecto intelectual, un esfuerzo de pensamiento crítico que aportó valiosas herramientas y una orientación que sentó las bases para pensar en los problemas de nuestro tiempo con la premisa inexcusable de no aceptar razonamientos simplistas ni verdades dogmáticas.