Es la supervivencia del más fuerte. Las mejores llegarán hasta la cima, y las demás no merecen hacerlo. El 1 % del 50 % procreará, dando así paso a la próxima generación de mujeres fuertes, bellas, independientes y ricas, tal como sus madres, y luego, con un poco de suerte, todas las demás mujeres, las débiles, las que no son ricas ni blancas, se irán extinguiendo poco a poco y podremos olvidarnos de todo ese rollo del feminismo, la interseccionalidad y demás mandangas. La evolución se encargará de solucionar el «problema femenino»