Uno de nuestros problemas más básicos es que a veces carecemos de una buena comunicación con nosotros mismos. No nos entendemos. Hay conflictos y tensiones en nuestro cuerpo y somos incapaces de resolverlos. En lugar de detenernos y observarlos en profundidad, huimos lo más lejos posible de la soledad, el dolor, la tristeza, la ira y el vacío que creemos que no podemos soportar.
Si nos encontramos en esa situación y nos sentimos incapaces de comunicarnos bien con los demás, es normal. No se comunican consigo mismos, y nosotros no nos comunicamos con nosotros mismos, así que, ¿nos sorprende tener problemas para comunicarnos entre nosotros? La situación no requiere que nos culpemos o nos castiguemos, sino que nos mostremos comprensivos y seamos compasivos.
Con la práctica de la conciencia plena, empezando por la respiración consciente, aceptaremos que hay sufrimiento en nuestro interior y que hay sufrimiento también en la otra persona. Necesitamos ayuda. La otra persona también necesita ayuda. Nadie necesita un castigo. Así que cuando te enfades y sufras, no intentes decir o hacer algo para castigar a la otra persona, porque ya sufre mucho y castigarla no mejorará la situación en absoluto.