¿Es posible conciliar el «respeto por las normas» con el sentido de libertad imprescindible hoy en día en nuestro concepto de la vida? ¿Cómo podemos vivir bien respetando a los demás, sin dejarnos abrumar por las pequeñas obligaciones sociales que a veces nos agobian? Nuestro comportamiento cotidiano hace de nosotros lo que somos, tanto cuando nos disponemos a preparar una gran recepción como cuando ponemos la mesa cada día. En una recepción, en un taxi, en el banco, en nuestra casa, en el teatro, en la vida…, no es necesario adaptar nuestro comportamiento y nuestros gestos a normas que no admiten excepciones; basta aprender a expresarlos con espontaneidad y sin miedo, conscientes de que el respeto, la comprensión y la tolerancia hacia lo que somos y lo que son los demás resultarán las mejores actitudes. Este libro habla de las situaciones menos trascendentes y también de las más importantes en las que debemos modelar nuestra actitud hacia los demás