Habiendo escapado milagrosamente de la muerte, Than-Kiu, sufre una larga convalecencia al cuidado de los valientes Pram-Li y Sheu-kin. Por ellos descubre que el barco en el que habían huido Romero Ruiz y Teresita ha caído en las manos de los piratas cerca de la costa de Mindanao. A pesar de los ruegos de sus fieles compañeros Than-Kiu decide ir en su ayuda.