Por su parte, el actual príncipe arzobispo de la región de Salzburgo, Wolf Dietrich de Raitenau, ha dispuesto que por fin Paracelso descanse en un sitio más acorde con su estatura. Así que hoy se llevó a cabo la exhumación de sus restos, que permanecían en la tierra del cementerio del asilo de pobres, para ser depositados dentro de un monumento funerario piramidal, de mármol rojo, en el atrio de la iglesia de san Sebastián. Este es su epitafio, labrado a cincel:
Aquí yace Philippus Theophrastus, famoso doctor en medicina, que curó aquellas terribles heridas: la lepra, la gota, la hidropesía y otras graves enfermedades del cuerpo, con arte maravilloso. Regaló sus bienes para ser distribuidos entre los pobres. En el año 1541, el día 23 de septiembre, cambió la vida por la muerte. Paz a los vivos y descanso eterno a los difuntos.
Cuando me enteré de que dicho acontecimiento tendría lugar, regresé a Salzburgo por primera vez después de tantos años… ¡Cinco décadas! Acababa de llegar al burgo y me dirigí, sin pensarlo, dejando que mis pies me guiaran, a la calle Linzer, donde se elevan la torre de cebolla y la puerta con jarrones y rosas de