El pulso entre los nacionalismos catalán y español de estos últimos años no es realmente nuevo, aunque haya alcanzado cotas inéditas de difusión. Las reivindicaciones catalanistas han ido subiendo de tono e intensidad desde el último cuarto del siglo XIX, y lo mismo en épocas represivas que aperturistas, pero esa situación no estaba predestinada. El catalanismo ha estado en sintonía desde su mismo nacimiento con las nuevas tendencias ideológicas europeas, tanto reaccionarias como progresistas, y se ha extendido a todos los espacios políticos. Se ha mirado en los más diversos espejos exteriores, de Irlanda a Escocia y de Noruega a Lituania, y a partir de esas imágenes ha planteado la secesión, el particularismo, el confederalismo e incluso el dominio del Estado español o el imperio. Este libro sigue el desarrollo de esas modalidades del catalanismo a lo largo de la época contemporánea y sondea en las causas profundas de su permanencia y su actualidad, más allá de atavismos y de esa voluntad de ser de la que habló el historiador Jaume Vicens Vives hace ya sesenta años