Tal vez ahora sea un poco amargo y sarcástico, vale, eso es posible, pero hasta aquel momento creo que no le había soltado una bordería a nadie en mi vida (al menos, no a propósito). Sin embargo, también soy perfectamente consciente de que a mucha gente se lo parecía, porque siempre estaba callado y serio y nunca tenía el impulso de ser el primero en hablar