Cuando los niños jugaban con balones, Hell lo hacía con mecheros. Las cicatrices que lo cubren son sus tatuajes y no le tiene miedo a la muerte; la ha desafiado tantas veces que se han hecho buenos amigos. Aunque eso es lo que ocurre cuando se vive jugando con fuego: terminas quemándote. La mafia en la que ha crecido aumenta cada día, y el sonido de balas rozándole los oídos es su melodía. ¿Habrá esperanza para él? Tal vez sí, o tal vez no…
Para Hell, la esperanza no existe en el infierno. Hasta que un buen día y de la forma más inesperada, Hope se cruza en su camino. Huérfana y vendida a la red de prostitución de su padre, el mafioso más influyente del país, el joven Ivankov tendrá que librar la lucha interna más dura de su vida: conservar la lealtad inculcada hacia la familia, o seguir su corazón.