Hay períodos en los que el sufrimiento y el desánimo se apoderan de mí. Y, sin embargo, no quiero más que seguir mi propio camino. Por supuesto, eso es desear bastante, cuando se tienen que pisotear las vidas, sentimientos y prejuicios de los demás. Pero, aun así, no quisiera pisotear la vida de los pequeños.