Joel vive en Walden, una comunidad idílica en plena naturaleza cuyos miembros rechazan las nuevas tecnologías y abogan por una vida fiel a las costumbres de antes. Con el propósito de acercarse a Alina, una recién llegada que lo tiene fascinado, empieza a enviarse cartas a sí mismo a casa de la joven. Todo va sobre ruedas hasta que Alina le entrega una que no ha escrito él y cuyo contenido sugiere que el remitente anónimo lo conoce mejor que nadie. A medida que la relación con Alina avanza, se suceden los equívocos y las amenazas de este saboteador epistolar empeñado en separar a la pareja. Lentamente, sin darse cuenta, Joel queda atrapado en un inquietante laberinto de espejos donde su reflejo parece adquirir vida propia mientras él lucha para recuperar las riendas de su destino. Marta Carnicero urde con maestría los hilos de este relato conmovedor sobre la identidad, el amor y la angustia de perder una y otro.
«No es exagerado decir que Carnicero maneja el detalle significativo con una maestría poco común en las letras peninsulares […] posee una inteligencia que le permite extraer de un tema acotado todas sus posibilidades».
Carlos Pardo, ElPaís -Babelia