«"Somos nuestra memoria", decía Jorge Luis Borges, «somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos». Lloverá siempre no aspira a convertirse en una biografía de María Esther Gilio, apenas intenta ser la reconstrucción de una voz que nos cuenta —en primera persona— algunos inolvidables momentos de una vida rica y extensa, imágenes reflejadas en ese montón de espejos rotos que es toda vida humana».