A las mujeres se les considera personas más emocionales que a los hombres, pero esta misma descripción se utiliza para subestimarlas sin razón. En este entorno, un hombre, un pensador, puede tener sentimientos, pero una mujer, alguien que siente, es sentimental. Por parafrasear un estudio, si un hombre se enoja, está teniendo un mal día; si una mujer se enoja, es una perra iracunda.