Muerte a crédito, segunda de las grandes novelas de Céline tras Viaje al fin de la noche, evoca los años de formación del protagonista en un ambiente familiar asfixiante. Sobre el fondo de un mundo disparatado, hecho de miseria y fealdad, el prodigioso genio idiomático de Céline revela asimismo el atónito descubrimiento del amor y de la carne, en un desatado torrente verbal que anticipa la obra de Jean-Paul Sartre y Henry Miller.