Desde siempre los seres humanos se rebelan. Lo hacen de múltiples y variadas maneras que no se dejan encasillar fácilmente en un paradigma único y que, sin embargo, tienen como horizonte común la oposición, la protesta, la antítesis reclamada frente a un orden establecido o, más simplemente, frente a un «sentir común», a un consenso que pretende ser el único legítimo. La revolución y la rebelión, la defección y la protesta, la revuelta y el motín, el antagonismo y el desacuerdo, la insubordinación y la sedición, la huelga y la desobediencia, la resistencia y el sabotaje, la contestación y la sublevación, la guerrilla y la insurrección, la agitación y el boicot son todas figuras proteicas del disenso, expresiones plurales que encuentran su fundamento en la única matriz del «sentir diferente» ante el orden, el poder, el discurso dominante.
El pensamiento rebelde debe constituir hoy el gesto primario contra la uniformización global de las conciencias que se registra en el espacio del nuevo pensamiento único y del falso pluralismo de la civilización occidental. Este libro analiza las figuras del pensar diferente, las declinaciones históricas del disenso y su fenomenología.