Nuestra didáctica necesita ser un espacio con permisos, con muchas voces, donde los autores inviten a hacer, pero también a pensar, a crear, a inventar y a experimentar. La didáctica nos brinda herramientas para pensar los problemas de todos los días y para enseñar mejor, considerando un enorme abanico de alternativas que siempre existen.
Este libro explora en el terreno intermedio entre la didáctica y la pedagogía para ofrecer una reflexión sobre la enseñanza creativa e imaginativa. Las unidades didácticas, proyectos, secuencias y los múltiples asuntos que usualmente recorre un libro de didáctica para el nivel inicial, se presentan atravesados de la premisa de pensar una didáctica para la educación infantil dispuesta a desprenderse de sus mitos, tabúes, mandatos y prohibiciones. Para eso, dice Daniel Brailovsky, la didáctica necesita correrse del lugar místico que se le otorga a veces, cuando las propuestas teóricas y prácticas son interpretadas como verdades inamovibles, que el maestro debe absorber para estar actualizado.