El sol puede seguir rodando alrededor de la tierra, el tiempo en que uno no temía ya pasó. Ahora, si mata, en la mano le da un gran calambre. Temor. En las piernas, una tristeza grande, una agonía. La cabeza late. El corazón se infla y se desinfla. Y en el estómago se detiene entera toda la vida. La boca comienza a balbucearnos algo.