Podrías dedicar años a hacer todo lo que acabas de decir y aun así decepcionar a la gente apenas te pones por delante. La felicidad de tu hermano no depende de ti, como la tuya tampoco depende de mí. Lo cierto es que solo eres responsable por una sola persona, y esa persona eres tú; créeme, yo lo aprendí por las malas.