«Considero esencial que cada cristiano descubra que, incluso en las circunstancias externas más adversas, dispone en su interior de un espacio de libertad que nadie puede arrebatarle, porque Dios es su fuente y su garantía. (…) Sin este descubrimiento, nos pasaremos la vida agobiados y no llegaremos a gozar nunca de la auténtica felicidad.»
La afirmación fundamental del autor es sencilla, pero de gran alcance: el hombre conquista su libertad interior en la medida en que la fe, la esperanza y el amor se fortalecen en él. Nos da a conocer cómo el dinamismo de las “virtudes teologales” es el núcleo de la vida espiritual.
Escrita en el estilo sencillo y concreto que caracteriza a Jacques Philippe, ésta es una valiosa obra que ayudará a «todos los que desean hacerse disponibles a esas maravillosas renovaciones espirituales que el Espíritu Santo desea obrar en nuestros corazones, y acceder así a la gloriosa libertad de los hijos de Dios».