Una mariposa:
le quito las alas
¡y se vuelve pimiento!
La respuesta del maestro fue inmediata: «No, no; eso no es así, déjame corregir tu poema»:
Un pimiento:
le pongo unas alas
¡y se vuelve mariposa!
La lección es clara: el acto poético debe siempre ser positivo, ir en el sentido de la construcción y no de la destrucción...
Sin embargo, muchas veces es indispensable destruir para poder posteriormente construir...
¡Sí, pero cuidado con la destrucción como fin en sí! El acto es acción y no reacción vandálica.