Pocos escritos exploran el amor de una mujer con tanto detalle y con tanta sutileza como este diario inédito y no censurado de Anaïs Nin. Es el registro de una vida que trata abiertamente los aspectos físicos de las relaciones amorosas y todo el espectro de sus ramificaciones psicológicas. He aquí una mujer que buscó la libertad de actuar desde sus deseos sexuales y emocionales con la misma libertad y abandono “amoral” que los hombres siempre han reclamado para ellos. Cuando Nin empezó a publicar fragmentos de su diario el aspecto más francamente sexual de su vida fue eliminado, aun cuando era evidente que podría haberse dicho más de lo que apareció entonces respecto a su relación con Henry Miller y su esposa June, con el escritor y actor Antonin Artaud, con sus psicoanalistas René Allendy y Otto Rank y —lo más importante— con su padre. Es en estos diarios no expurgados —Incesto— donde aparece por primera vez toda la parte omitida en publicaciones anteriores, toda la culpabilidad que la llevó a buscar la absolución de sus psicoanalistas y sobre todo, esa decisiva v oscura transgresión que subyace en una mente tan aparentemente libre de ataduras y prejuicios. En su cruda exposición de la lucha de una mujer para llegar a un acuerdo consigo misma, y para encontrar la salvación en él acto de escribir. Incesto desvela a Anaïs Nin sin máscaras ni secretos, aunque en el fondo permanezca misteriosa y quizá inexplicable.