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Rosario Castellanos

Álbum de familia

  • Ana Gonzálezhas quoted6 years ago
    Yo, por lo menos, declaro solemnemente que no estoy, que no he estado nunca ni en este ajo que ustedes comparten ni en ningún otro. Jamás he entendido nada de nada. Pueden ustedes observar los síntomas: me planto, hecha una imbécil, dentro de una cocina impecable y neutra, con el delantal que usurpo para hacer un simulacro de eficiencia y del que seré despojada vergonzosa pero justicieramente.
  • Brenda Edith Chávez Aguilarhas quoted3 years ago
    Gracias por haberme abierto la jaula de una rutina estéril para cerrarme la jaula de otra rutina que, según todos los propósitos y las posibilidades, ha de ser fecunda.
  • Ceciliuxhas quoted4 years ago
    Se me atribuyen las responsabilidades y las tareas de una criada para todo. He de mantener la casa impecable, la ropa lista, el ritmo de la alimentación infalible. Pero no se me paga ningún sueldo, no se me concede un día libre a la semana, no puedo cambiar de amo. Debo, por otra parte, contribuir al sostenimiento del hogar y he de desempeñar con eficacia un trabajo en el que el jefe exige y los compañeros conspiran y los subordinados odian
  • Mery Neriahas quoted5 years ago
    mis ratos de ocio me transformo en una dama de sociedad que ofrece comidas y cenas a los amigos de su marido, que asiste a reuniones, que se abona a la ópera, que controla su peso, que renueva su guardarropa, que cuida la lozanía de su cutis, que se conserva atractiva, que está al tanto de los chismes, que se desvela y que madruga, que corre el riesgo mensual de la maternidad, que cree en las juntas nocturnas de ejecutivos, en los viajes de negocios y en la llegada de clientes imprevistos;
  • marilulesihas quoted6 years ago
    Edith detuvo en él sus negrísimos ojos líquidos —era un truco que usaba en ocasiones especiales— antes de contestar.
  • Ivana Melgozahas quoted1 hour ago
    Pero hasta que Elvira no estuvo sentada también y con su correspondiente bebida en la mano, no advirtió a Cecilia y a Susana que habían vuelto dócilmente a su silla y a un refresco cuyo sabor era cada vez más dulzón y cuya tibieza era cada vez más repugnante.
  • Ivana Melgozahas quoted1 hour ago
    —Sí, un hijo chilla y se hace oír. En cambio un libro no es, en su gestación, sino un enorme silencio. ¿Quién lo acoge?
  • Ivana Melgozahas quoted2 days ago
    Se vio a sí misma excluida de la intimidad de Carlos y Lucrecia, del dolor de Jorge, del juego de los otros. Se vio a sí misma borrada por la ausencia de Rafael y un aire de decepción estuvo a punto de ensombrecerle el rostro. Pero recordó la tela comenzada en su estudio, el roce peculiar del pantalón de pana contra sus piernas; el sweater viejo, tan natural como una segunda piel. Lunes. Ahora recordaba, además, que había citado al jardinero. Inspeccionarían juntos ese macizo de hortensias que no se quería dar bien.
  • Ivana Melgozahas quoted2 days ago
    —No te dejes ganar por la tristeza, Jorge. Los domingos son mortales. Pero luego viene el lunes y…
  • Ivana Melgozahas quoted2 days ago
    Cuando Edith se casó con Carlos ambos eran pobres como ratas y disfrutaron enormemente de sus abstenciones porque se sentían heroicos, y de sus despilfarros porque se imaginaban libres.
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