Supongo que no todas las historias son una línea recta, algunas están llenas de curvas y a veces no sabes qué vas a encontrar cuando tomas cada giro. Hay tramos más difíciles, esos en los que cuesta caminar, cuando te rompes y debes llevar la carga de los pedazos en las manos. Pero todo pasa. Aprendes a avanzar y a limar las aristas de esos errores que pesan. También aprendes a desprenderte de aquello que un día te aportó y ya no. O que las cicatrices son historias y que, en ocasiones, no hay que esforzarse en taparlas, sino en tener el valor de mostrarlas con orgullo, las que siguen quemando y las que superaste