En el año 1487 el reino de Granada se encuentra en grave peligro. Tras las toma de la ciudad de Córdoba, los ejércitos cristianos, comandados por el rey Fernando, llevan meses situados a las afueras de la ciudad de Málaga con la finalidad de agotar las defensas árabes y reconquistar Al-Andalus. Granada era el último reino moro que quedaba en Europa. Dada la superioridad de Fernando y ante la inminente debacle de los árabes, el embajador de Granada, Mohamed Ibn Hasin y su criado Jándula, viajan hasta Topkapi.