Tampoco es algo escrito en piedra, pero lo ideal en la consejería es que una mujer aconseje a las chicas y un hombre a los chicos. Por simple deducción, a una mujer le será más fácil entender los pensamientos y las reacciones de una chica y viceversa. Además, es una medida sabia para evitar tentaciones y trampas que el enemigo pone y en las que podemos caer