Tres hermanas. Tres mujeres que comparten anhelos, que guardan secretos, que saben que sus destinos van a cruzarse, que aman a tres hombres atravesados por la política, por las conspiraciones, antes de que todo estalle: antes de la revolución.
El hombre está solo en la habitación; sabe que cuando lo vengan a buscar ya no será el mismo, que pasará a formar parte de una sociedad secreta, de una logia, de la masonería en el Río de la Plata. Piensa en su vida anterior, en Pilar Montiel, a la que le ha mentido que es un fraile para evitar habladurías, para evitar, también, enamorarse.
Inés Montiel conoce al muchacho que aparece herido; jugaba con él de chica y no puede evitar preocuparse ni dejar de pensar en el asesino que ha ajusticiado a aquellos criollos que se han propasado con los esclavos. Quiere cuidarlo, ansía verlo, a pesar de que sea un peón de campo, a pesar de las convenciones sociales que los alejan.
Gabina Montiel tiene un prometido para poder huir del hogar materno que la agobia. Quiere, con inocencia y temperamento, con desparpajo y una voluntad inquebrantable, ser actriz: una profesión que, a finales del siglo xviii, era considerada vecina a la prostitución. Sabe que eso puede ser una afrenta para su madre y para ese prometido distante, aunque no sabe aún que todo para ella puede cambiar.
Después de La rebelión de los príncipes, Silvana Serrano vuelve a la familia Montiel para contar una historia coral, en la que el destino de tres hermanas se confunde con el de la formación de una patria; en la que el nacimiento de la masonería en el Río de la Plata convive con el secretismo de ciertos amores; en la que se cuenta sobre la llegada a la Buenos Aires del siglo xviii de las ideas de libertad, igualdad y fraternidad que guiarían a la Revolución de Mayo.