Peter Szendy se interesa en la manera en que nos apropiamos de la música y en cómo “firmamos” lo que escuchamos. Su obra filosófica interroga la genealogía de nuestras escuchas musicales, su relación con la ley y el papel del oyente a través del tiempo.
En Bajo escucha, Szendy establece una topología del espionaje que nos lleva desde la Biblia a Derrida, pasando por Bentham y Deleuze, a partir de obras tan diversas como las óperas de Mozart y Monteverdi, el cine de Fritz Lang, Hitchcock o Coppola. El autor parte de una inquietud profunda, advierte un fantasma que habita tanto la actualidad política y mediática como nuestros comportamientos: un fantasma de escucha, de ser escuchado. De ahí la doble pregunta que este ensayo plantea: ¿de dónde proviene este fantasma?, ¿de dónde extrae su fuerza? Trazar la genealogía de las escuchas musicales otorga a su reflexión una dimensión política ineludible: «se trata de una nueva era del miedo que acompaña la expansión y el aparellaje de la escucha. Puesto que ser escuchado o escuchar ya no es un asunto de posición en una arquitectura precisa: la disimetría se encuentra en todas partes, ya no sólo se la puede localizar en lugares de poder o en puestos de control».